viernes, abril 26, 2024

Reportaje: Salto en el Café Quilombo. Por Adrián Gómez

Atmosférico… Eléctrico… Inspirador… El 8 de septiembre en La Orotava, Germán Salto y su poderosa banda lo dieron todo… El quilombo; acogedor… tenue… no es el whisky a go go, ni el café wah… ni mucho menos el Filmore, pero durante casi dos horas nos sentimos transportados a la California de los años sesenta. Un hammond sinuoso acompaña cálidas texturas vocales en una melodía apacible, cuando el combo irrumpe con un tema propio entre Buffalo Springfield y los mejores Beach Boys; hasta que estalla «Ohio» del tío Neil Young, y el tiempo se detiene.

El exquisito trabajo a las seis cuerdas; todo un guitar hero a la les Paul, y el perfecto empaste con la rítmica del vocalista principal, nos conduce en un viaje al sonido americana, donde saludamos a los Grateful Dead, sonreímos a Crosby, Still y Nash, y le guiñamos el ojo a los Crazy Horse mas épico. El estupendo colchón de los teclados, y de una base rítmica que nos sumergen en auténticos torbellinos sónicos, en jams que serán muy difíciles de olvidar.

El repertorio propio, compuesto por su disco homónimo del 2015, y el glorioso «Far from the echoes», del 2017, combinan perfectamente con extractos de himnos como Down by the river, de CSNY, sintiéndonos en la costa oeste, allá por el 70-71. El lirismo de la combinación de voces, y la conjunción con las ráfagas de puro nervio guitarrero, es un deleite para el melómano entrenado… y desde una esquina, parece que asoman Gene Clark y Alex Chilton… nos sentimos » hopefully»… todo un happening, amigos… y una cita inexcusable con una banda prodigiosa… ¡Don´t be late!

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